4. Dolor torácico

4. Dolor torácico

¿Sabías que las mujeres en la peri y la menopausia tienen un riesgo cardiovascular similar al de los hombres, algo que antes de esta etapa era mucho más bajo?

Muchas mujeres en esta etapa refieren dolor u opresión en el pecho. Puede aparecer de manera repentina, durar minutos u horas, y confundirse con ansiedad, contracturas musculares o incluso con un evento cardíaco. Sin embargo, también es un síntoma frecuente de la transición menopáusica.

Síntomas más comunes:

Dolor punzante o presión en el centro o costado del pecho.

Sensación de “peso” en el esternón.

Dolor que aumenta con el estrés, la falta de sueño o los sofocos.

Puede acompañarse de palpitaciones, mareo o falta de aire.

Estos cambios no son “achaques normales”. Son consecuencia de la caída hormonal y deben revisarse médicamente para descartar causas graves.

¿Por qué ocurre?

Estrógeno: su descenso afecta vasos sanguíneos y corazón, aumentando la sensibilidad torácica y el riesgo cardiovascular.

Progesterona: su baja provoca tensión muscular y aumenta la percepción del dolor.

Testosterona: al declinar reduce fuerza y estabilidad de la musculatura torácica.

Cortisol: al estar elevado por estrés, intensifica la presión y contracturas en el pecho.

El error del mal diagnóstico.

Muchas veces se trata solo como ansiedad, contractura o con analgésicos, sin revisar el trasfondo hormonal. Esto retrasa la atención integral y aumenta el riesgo.

Lo que no funciona:

Normalizar el dolor como “estrés” o “nervios”.

Automedicarse con analgésicos o ansiolíticos.

Usar remedios caseros sin evaluar el corazón ni las hormonas.

¿Qué pasa si no se atiende?

Puede ocultar un verdadero riesgo cardiovascular.

Genera ansiedad, miedo e inseguridad para realizar actividades.

Eleva la fatiga y limita la vida social.

Aumenta la inflamación sistémica y la posibilidad de problemas cardíacos futuros.

Terapias modernas:

  • Terapia hormonal bioidéntica (estrógenos, progesterona y testosterona) cuando está indicada.
  • Vitamina D3 en niveles óptimos (70–90 ng/mL) para proteger huesos y corazón.
  • Omega 3 como antiinflamatorio natural.
  • Ejercicio de fuerza, estiramientos y técnicas de respiración consciente.
  • Evaluación cardiológica de rutina.

El abordaje correcto

  • Terapia hormonal personalizada.
  • Alimentación antiinflamatoria.
  • Ejercicio regular y consciente.
  • Técnicas de manejo de estrés (mindfulness, meditación, respiración).
  • Apoyo emocional y social.
  • Suplementación adecuada (Vitamina D, Omega 3).

Conclusión

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El dolor torácico en la peri y menopausia no debe ignorarse. No siempre es ansiedad ni una simple contractura: puede estar ligado al declive hormonal y también aumentar el riesgo cardiovascular. La clave está en un abordaje integral, que combine revisión médica, hormonas cuando son necesarias y cambios de estilo de vida.

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Dato interesante: la terapia hormonal bien indicada no solo alivia síntomas como el dolor torácico, sino que también puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca en mujeres posmenopáusicas.