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7. Colesterol alto repentino

Se estima que más del 40% de las mujeres después de la menopausia desarrollan alteraciones en su perfil lipídico, con aumentos bruscos de colesterol y triglicéridos, mientras que antes de esta etapa sus niveles eran mucho más estables. Esto significa que el riesgo cardiovascular se incrementa de forma repentina tras el declive hormonal, incluso en mujeres que antes tenían colesterol “perfecto”.

Muchas notan que, sin cambiar su dieta ni su estilo de vida, de un año a otro el colesterol aparece elevado en sus análisis. A menudo se atribuye solo a la edad o a la alimentación, pero también es un síntoma frecuente de la transición menopáusica.

Síntomas o señales más comunes

  • Colesterol total y LDL (“malo”) que suben sin explicación clara.
  • Descenso del colesterol HDL (“bueno”).
  • Triglicéridos más altos.
  • Mayor tendencia a ganar grasa abdominal.
  • Alteraciones en la glucosa y presión arterial al mismo tiempo.

Estos cambios no son “normales por la edad”. Se relacionan directamente con la caída de estrógeno, progesterona y testosterona.

¿Por qué ocurre?

Estrógeno: al descender, se pierde su efecto protector sobre los vasos sanguíneos y el metabolismo de las grasas.

Progesterona: regula la sensibilidad a la insulina y la inflamación; al bajar, favorece resistencia a la insulina y acumulación de grasa visceral.

Testosterona: ayuda a mantener masa muscular y metabolismo activo; su caída ralentiza la quema de grasa y eleva lípidos en sangre.

El error del mal diagnóstico

Con frecuencia se receta de inmediato una estatina sin revisar el trasfondo hormonal. Esto puede mejorar los números en laboratorio, pero no resuelve la raíz del problema.

Lo que no funciona

Normalizarlo como “cosas de la edad”.

Pensar que solo la dieta explica la subida brusca.

Usar medicamentos sin revisar primero el estado hormonal y metabólico.

¿Qué pasa si no se atiende?

  • Mayor riesgo de infarto y enfermedad cardiovascular.
  • Acumulación de grasa abdominal y resistencia a la insulina.
  • Progresión hacia síndrome metabólico y diabetes tipo 2.

Abordaje actual

  • Terapia hormonal bioidéntica individualizada (cuando está indicada).
  • Revisión integral de metabolismo: glucosa, insulina, lípidos y hormonas.
  • Alimentación antiinflamatoria y rica en fibra.
  • Ejercicio de fuerza e impacto para mejorar metabolismo y salud cardiovascular.
  • Suplementos según deficiencias (omega-3, vitamina D, magnesio).

Conclusión

Un aumento repentino del colesterol en la peri y menopausia no siempre es “mala alimentación” ni “envejecimiento”: puede ser un signo claro del declive hormonal. Reconocerlo a tiempo permite un abordaje integral que protege tu corazón, tu energía y tu calidad de vida.