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5. Micción nocturna

Nicturia y menopausia: cuando el sueño se interrumpe una y otra vez.

¿Te levantas dos, tres o más veces por la noche para ir al baño?

¿Justo cuando logras dormir profundamente… zas, ganas de orinar otra vez?

¿Te suena eso de despertarte a las 2:30, 3:40 y otra vez a las 5:00 am?

¿O evitas tomar agua en la noche para no interrumpir tu descanso?

Si te pasa, no estás sola.

La nicturia (levantarse a orinar varias veces por la noche) es muy común en la perimenopausia y la postmenopausia, pero aunque sea frecuente, no es “normal”. Tiene causas hormonales claras y, lo mejor, tiene solución.

Lo que dicen los estudios

Hasta el 49 % de las mujeres posmenopáusicas presenta nicturia clínicamente relevante, es decir, se despiertan al menos dos veces por noche. (ICS, 2020)

La prevalencia aumenta drásticamente tras la menopausia debido a factores hormonales y anatómicos. (PubMed, 2024)

En mujeres jóvenes (19–39 años), solo un 9 % reporta nicturia; después de los 80 años, supera el 50 %. (ScienceDirect)

Los síntomas urinarios como urgencia, incontinencia y frecuencia nocturna afectan entre el 38 % y el 55 % de las mujeres tras la menopausia. (Maturitas Journal)

La raíz del problema: el síndrome genitourinario de la menopausia (SGM)

Desde 2014, la comunidad médica usa el término Síndrome Genitourinario de la Menopausia (SGM) para describir este conjunto de síntomas que afectan la vulva, vagina, uretra y vejiga:

Nicturia (micción nocturna frecuente)

Sequedad vaginal

Irritación, ardor o picazón

Urgencia urinaria

Dolor en relaciones sexuales

No son “cosas de la edad”, son síntomas de una condición tratable causada por el descenso hormonal.

¿Qué pasa en tu cuerpo?

Estrógeno ↓: reduce la elasticidad y lubricación de la vejiga y uretra.

Progesterona ↓: al caer, los músculos pélvicos pierden tono y la vejiga se contrae más de lo necesario.

ADH ↓ (hormona antidiurética): el cuerpo produce más orina por la noche.

Cortisol ↑ (estrés crónico): estimula la vejiga, incluso sin estar llena.

Atrofia urogenital: el tejido vaginal y uretral se adelgaza, irrita y vuelve más sensible.

Tratamientos eficaces y seguros

La primera línea de tratamiento para el SGM es el estriol vaginal a bajas dosis.

En México se comercializa como Ovestín o Drosaggin.

Estudios clínicos muestran que:

El estriol intravaginal mejora significativamente los síntomas urinarios y vaginales frente a placebo. (New England Journal of Medicine, 1993)

Geles de estriol ultra-bajo (0.005 %) revierten la atrofia vulvovaginal sin efectos sistémicos detectables. (PMC, 2020)

Tras 12 semanas de uso, se observó una reducción notable en la incontinencia urinaria de esfuerzo. (Wiley Online Library)

Las terapias locales con estrógenos son eficaces y seguras, con mínima absorción sistémica. (Climacteric Journal, 2017)

Seguridad comprobada: incluso puede usarse (bajo supervisión médica) en mujeres con cáncer hormonodependiente activo, dado que la absorción sistémica es mínima.

Resultados visibles: devuelve tono, elasticidad y lubricación, reduciendo la urgencia y mejorando el descanso nocturno.

TRH Bioidéntica: el complemento ideal

La Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) con hormonas bioidénticas, personalizadas y bien dosificadas, puede:

Restaurar la función de la vejiga y los músculos pélvicos.

Mejorar la salud de mucosas y tejidos.

Regular la producción de orina.

Disminuir ansiedad y cortisol, facilitando el sueño profundo.

La combinación ideal: estriol vaginal + TRH sistémica personalizada para un abordaje integral.

Más allá del síntoma: salud integral y longevidad

Ignorar la nicturia o el desgaste hormonal impacta más que el sueño:

Huesos: pérdida de densidad y riesgo de fracturas.

Corazón: alteraciones metabólicas y cardiovasculares.

Cerebro: cambios en memoria, concentración y ánimo.

Músculo y piel: pérdida de tono, fuerza y luminosidad.

Dormir mal agrava la inflamación, la ansiedad y el envejecimiento prematuro.

Por eso, tratar la causa hormonal no es vanidad, es prevención.

Hábitos que ayudan

Alimentación

Evita líquidos abundantes en la noche.

Reduce cafeína, alcohol y alimentos diuréticos después de las 5 PM.

Prioriza magnesio: semillas, aguacate, espinaca, cacao.

Movimiento

Camina cada día y haz fuerza 2–3 veces por semana.

Entrena el piso pélvico: el músculo es tu mejor aliada hormonal.

Estrés

Medita o respira profundo antes de dormir.

Disminuye pantallas y sobreestimulación.

Mantén tus niveles de cortisol en calma: mejora el sueño y la función de la vejiga.

Sueño

Dormitorio oscuro y fresco.

Horario estable para acostarte y levantarte.

Luz natural por la mañana: sincroniza tu reloj hormonal.

Comunidad

Hablar de estos temas con otras mujeres transforma la experiencia.

Compartir información es parte de sanar.

Reflexión final

¿Algún médico te había explicado esto así?

Las mujeres tenemos derecho a comprender nuestro cuerpo y nuestras hormonas.

La menopausia no debe seguir siendo un misterio ni un tabú.

Dormir de corrido, sentirte bien en tu cuerpo y tener energía sí es posible con el acompañamiento adecuado.